En el año 1999, un empleado del edificio McGraw-Hill de Nueva York quedó atrapado en uno de los ascensores durante 41 horas. En el momento de quedar encerrado, tal y como cuenta Microsiervos, el tipo llevaba encima dos caramelos y tres cigarrillos, así que tuvo que matar el tiempo como pudo.
La revista The New Yorker acaba de publicar la grabación en time-lapse de aquellas 41 horas de encierro, tomada por las cámaras de seguridad del edificio. La experiencia le causó un profundo trauma y nunca volvió a trabajar a aquella oficina.
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